lunes, 18 de junio de 2012

Garbu y Groumf


Les echo mucho de menos. El viernes por la tarde, se fueron con otra familia que no es la nuestra, "Garbu" y "Groumf". Estas onomatopeyas, servían como nombre a los dos últimos cachorros de mi gata que aún vivían con nosotros. Estos sonidos, se les impusieron por, para diferenciarlos de la única manera que se podía: su carácter porque en el color, nada, eran negros negrísimos y no había comparación.

"Groumf" supuestamente, sería el más cariñoso. Siempre estaba haciendo "groumf" es decir, ronroneaba tdo el rato, siempre está feliz, siempre achuchable. Por el contrario "Garbu" és más arisquillo, si bien, es también bastante cariñoso, tanto, que, al final, tratando de quedarnos con el más cariñoso y dejar a "Garbu" y su madre en adopción, no fuimos capaces de distinguirlos por forma de interactuar. Mi chico, piensa que, finalmente los dos hacían el ronroneo y que por esta razón, siempre eran iguales, porque era unas veces uno y otras veces el otro, pero "Garbu" si que era más ladronzuelo con la comida, de ahí el nombre, de Garbuzo, que es una palabra que de pequeña se me quedó grabada y viene a decir de alguien que es un tragón.

La casa sin los "niños" se ha quedado sorda y muda. Nuestros otros dos gatos, ya adultos, no parecen echar de menos las travesuras infantiles, más bien al contrario, parecen aliviados, relajados. Están super tranquilos pero yo, me he quedado un poco triste porque si bien, mi intención, no era encariñarme con los cinco cachorros, no ha habido más remedio que hacerlo. Cada uno tenía "su cosilla" y era "un punto" la familia al completo: la loquilla, que luego resultó ser ""loquillO" las gatitas que se fueron también, al mes... y estos, que nos quedó y parecían no fueran irse nunca y quieras o no, te implicas, por mucho que no lo desees.

Les añoro tanto... pero sé que están bien. Están con un niño y una niña y la madre, no parece espantarse cuando le contamos que se suben a las camas, al contrario, pareció encantada. ¡Justo lo que necesitan! Y estarán en casa, no en piso y como son machitos los dos, no vendrán con "regalo" de vuelta.
Y bueno, dos criaturitas más que han pasado por casa. Cierto que no serán los últimos, lo tengo claro, pero nada de sentirlos nuestros, o, al menos, intentar que así sea.

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