lunes, 9 de julio de 2012

Todo en casa me huele a pis y eso me supera

He intentado cambiar el título de esta entrada. No he podido resumir el sentir y mi pesar. Vale, vale, suena un poco exagerado pero es que mi vida, toda, es una exageración en sí misma.

Hace una semana y pico, apareció "Poh" en nuestras vidas. Se trata de un perro horroroso pero es que el pobre, estaba siendo maltratado y arrastraba toda la mierda de la ciudad y un poco más. Estaba acompañado de otro perro, que, otra mujer recogió pero como ya sabemos que no sabemos dejar un animal a su suerte, mi chico, lo trajo a casa.

Al principio, todo más o menos, bien. Lo natural a su edad (tendrá mes y medio o así) es que haga sus cositas en casa, hasta que se le enseña. Pero eso es justo donde el plan falla, en lo de "se le enseña" porque claro, yo, desde luego, no soy la persona idónea para poder tomar partido en la educación canina del chucho y mi chico, bueno, lleva una racha de dormir tirando a nada que, cuando amanece, con la fresca, es cuando descansa un poco y claro, pasa lo que pasa, que "Poh" (así lo hemos bautizado) no aguanta y hace lo que hace y pasa lo que pasa y lo que pasa, es que el animalito, mea el parqué (tarima flotante, en este caso),en la entrada de casa, porque hay que admitirlo, él hace lo que puede pero la puerta no se le abre sola.

Cuestión, que el pis, debe arrastrarlo los gatitos con sus pezuñas y el propio can, con lo que hasta llegar al salón, hay una olor en la cocina, entrada y baño que marea y a la pieza principal, llega menos, porque mi chico, muy imaginativo él, nos tiene a incienso que parece que estamos en Domingo de Ramos, como poco.

Capítulo aparte, es la mierda pero es más llevadero... si no lo piso, porque entonces, se me llevan los demonios. Si por el contrario, la veo (intento fijarme) la recojo sin mayor problema, ya que son heces duras y no manchan, con lo que basta coger un papelito, meterlo en una bolsa y... que gráfica soy, ¿verdad? lo lamento pero este es mi confesionario y no me corto. 

Y van pasando los días y el olor a pis, me saca de quicio porque se hace insoportable. De todos modos, parece ser que van a adoptar a "Puh" no me hago, no obstante, grandes ilusiones pero como no salga, lo lamentaré muchísimo pero llamaré a la protectora. En esta casa, ya hemos cubierto el cupo y yo, soy una persona a la que le gusta, al menos, no oler mal en casa. ¡Cuánto asco siento!

En fin, espero que mañana ocurra el milagro y lo que promete ser una adopción a la vista, se lleve a cabo porque el pobre perro, en verdad, se merece un  poquito de felicidad. Es cariñoso y bastante simpático. Cada día que pasa, está menos feo y más "redondito" porque cuando llegó ¡madre mía! era todo huesos...

Voy a ver donde desemboco la crisis.

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