sábado, 19 de mayo de 2012

Él no sabe decir ¡NO!


A veces, muchas veces, debería tener a alguien que yo me sé, atado y bien atado y és que cuando se tiene un descontrol y no sabe y, sobre todo, no se quiere,afrontarlo

El tema es mi pareja.Él tiene un euro en el bolsillo y no es capaz de contenerse, se ciega y hay que gastar indiscriminadamente; le entiendo, le comprendo y procuro ayudarle pero el tema se me estállendo de las manos y controlarme yo, me cuesta mucho, controlarnos los dos, lo veo muy difícil.

Por una extraña razón, la tarjeta de crédito, (la cuenta lleva meses congelada), nos dió "premio" y nos"permitió" hacer una visita por el Centro Comercial para sacarla a paseo.

Yo tenía pensado, bueno, darnos algún capricho y naturalmente comprar cosas bonitas para la casa. Nada más entrar, mi chico, me deja plantada en medio de las tiendas y entra a una joyería. Yo, sabiendo que ya no había posibilidad de parar el ciclón, agarrémi carro y entré. 

Me gusta coger unas cosas, luego, suelto otras y hago una especie de balance de la situación para no tener que quitar medio carro en la cola de la caja que da mucho corte.Aún así, siempre me gusta que "caiga" alguna "chuchería". Aparte tengo muchas ganas de comprarme el cepillo "Satin Hair" de Braun pero siempre viene mi pareja a decirme que seguramnete lo desecharé nadamás usarlo. Luego pienso, que, bueno, si nome gusta, puedo devolverlo y hacer otras compras, total,da igual, pero acabo quitándolo del carro.

Fué entonces cuando Huracán Compulsividad, aparece con un regalito para mí: unos pendientes chiquitines de oro blanco. Eran chulos, si, y, bueno, no parecía un regalo caro, que es lo que le reprocho normalmente, que gaste tanto en gilipolleces. Luego, me enseña el "Lotus Titanio" que acababa de "premiarle" la tarjeta pecadora. No me importó en absoluto porque ese reloj, lo había tenido hacía unos años y se lo robaron y sé la impotencia que da cuando te roban algo que te gusta mucho, pero que mucho, mucho... porque aparte es que otro material, le produce alergia, de modo que, bien, aceptamos reloj y pendientes y me sentí, de verdad, feliz. 

Y seguimos dando cancha al plastiquito de marras hasta que dijo FIN y nos cortó el rollo. Bueno, "no problem" yo curro otra vez (lo mío, está mal) y a seguir viviendo.

Amanece el día siguiente, y mi chico, al que no conseguí sacarle lo que había "gastado" en la joyería, me confiesa que el reloj, había costado unos 120 €, que  era una oferta y a mí, me pareció barato porque yo miré varias veces el precio en otros sitios y de 250 no baja, el "verdadero" claro, de modo que me sentí estafada cuando me cuenta: "Es que estoy mirando el reloj y resulta que no es "Lotus" ni es de titanio, bueno, me dijo el de la tienda, que la esfera, era lo único que no era de titanio... ¡y me pica la muñeca!"

Aluciné... ¡vaya si aluciné! pero... ¿cómo se le ocurre comprar lo primero que le ponen en los ojos? Lo peor es que me confiesa que no sabe decir ¡NO! y como habían 3 dependientes enseñándole relojes, pues se agobió y como había preguntado él, que le daba vergüenza no llevárselo, que incluso, había pensado en poner mal el PIN de la tarjeta al pagar para que no diese el ticket pero no supo... no pudo... no quiso... ¡yo que mierda sé! y al final, nos comemos con papitas, un puto reloj que encima no le vale.

Así que ahora, devuelva los pendintes y el relojito de los cojones y nos den un recibo para comprar cualquier otra cosa en otro momento, ya que el dinero, no lo volveremos a ver ni en pintura. Lo mismo, compro algo de oro para venderlo y sacarle pasta, total, fue un "premio"...

Tengo un cabreo que no puedo con mi vida porque siempre es igual... Cuando va "cargado" me deja por ahí y se va a derrochar a lo loco y luego la del Trastorno Obsesivo Compulsivo, soy yo. 

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